YAT (Yamamoto Anshin Travel), o Viajes Placenteros Yamamoto, es la agencia de viajes espaciales más económica que existe. Se promocionan muy bien, pero al final las personas se dan cuenta de que no es lo que dicen ser, es allí cuando nos damos cuenta de que muchas veces lo barato puede salir caro.
Un vetusto edificio traslapa un callejón de la ciudad, está entrometido, como si hubiese sido puesto allí a propósito para interrumpir la continuidad e inquietar la vista de los transeúntes, es un monumento a la desidia, son las oficinas de YAT. A pesar de lo descuidado de la construcción, la agencia aún funciona, pero da la impresión de que los negocios no están marchando muy bien desde hace mucho tiempo.
Al conocer la situación física de la agencia, podemos darnos cuenta en cuestión de minutos en lo terriblemente limitada que está; pero el auge comercial del turismo espacial, puede convertir a YAT en la última y menos costosa opción para hacer los sueños realidad en esta nueva era, el año 5,808.
A pesar de ser una historia cómica, YAT Anshin se basa en un trasfondo dramático en cuanto a su personaje principal, Goro Hoshiwatari (Royo en el doblaje latinoamericano), un chico que llega a parar a la deplorable agencia con el propósito de encontrar a su padre, su destino…la Estrella Dorada, aparentemente la última escala de este hace 15 años, tiempo en el que creó el túnel interdimensional para acortar los viajes a través del espacio, obra que después quedó administrada por el monopolio de “El Señor del Cosmos”, la agencia de viajes más grande de toda la galaxia y el principal dolor de cabeza de las pequeñas empresas, incluyendo a YAT.
La estadía en YAT no será del todo agradable, Goro termina provocando un accidente desastroso que lo obliga a ser empleado del capitán de la nave de manera indefinida, para así compensar los daños; con esto queda “condenado” a compartir las aventuras y desdichas de la tripulación capitaneada por Yamamoto; su bella hija Katsura (Betsy), el amor platónico de Goro; el robot de navegación Kanabii; el piloto Ucchii, un extraterrestre depresivo y obsesionado con cumplir los horarios de viaje al pie de la letra, y Bucky, un lagarto alienígena adoptado como la mascota de la agencia. El sacrificio no importa, si con eso consigue lograr su objetivo aunque tenga que pisar cada planeta de la galaxia.
YAT es una de esas típicas historias de los 90’s, esos animes que ya casi no se hacen, de humor hilarante y situaciones absurdas que en algunos capítulos parodian series famosas, como Capitán Harlock entre otras. Quizá esa esencia es rescatada por muy pocos autores en la actualidad, tal vez es el tipo de humor que sólo perteneció a una época y que es difícil volver a repetir más que todo por motivos comerciales apegados a las nuevas tendencias. La entrega de 50 episodios del estudio XEBEC goza de un argumento interesante, sencillo y muy entretenido, apegado al manga de Shinji Nishikawa en todos los aspectos.
Un vetusto edificio traslapa un callejón de la ciudad, está entrometido, como si hubiese sido puesto allí a propósito para interrumpir la continuidad e inquietar la vista de los transeúntes, es un monumento a la desidia, son las oficinas de YAT. A pesar de lo descuidado de la construcción, la agencia aún funciona, pero da la impresión de que los negocios no están marchando muy bien desde hace mucho tiempo.
Al conocer la situación física de la agencia, podemos darnos cuenta en cuestión de minutos en lo terriblemente limitada que está; pero el auge comercial del turismo espacial, puede convertir a YAT en la última y menos costosa opción para hacer los sueños realidad en esta nueva era, el año 5,808.
A pesar de ser una historia cómica, YAT Anshin se basa en un trasfondo dramático en cuanto a su personaje principal, Goro Hoshiwatari (Royo en el doblaje latinoamericano), un chico que llega a parar a la deplorable agencia con el propósito de encontrar a su padre, su destino…la Estrella Dorada, aparentemente la última escala de este hace 15 años, tiempo en el que creó el túnel interdimensional para acortar los viajes a través del espacio, obra que después quedó administrada por el monopolio de “El Señor del Cosmos”, la agencia de viajes más grande de toda la galaxia y el principal dolor de cabeza de las pequeñas empresas, incluyendo a YAT.
La estadía en YAT no será del todo agradable, Goro termina provocando un accidente desastroso que lo obliga a ser empleado del capitán de la nave de manera indefinida, para así compensar los daños; con esto queda “condenado” a compartir las aventuras y desdichas de la tripulación capitaneada por Yamamoto; su bella hija Katsura (Betsy), el amor platónico de Goro; el robot de navegación Kanabii; el piloto Ucchii, un extraterrestre depresivo y obsesionado con cumplir los horarios de viaje al pie de la letra, y Bucky, un lagarto alienígena adoptado como la mascota de la agencia. El sacrificio no importa, si con eso consigue lograr su objetivo aunque tenga que pisar cada planeta de la galaxia.
YAT es una de esas típicas historias de los 90’s, esos animes que ya casi no se hacen, de humor hilarante y situaciones absurdas que en algunos capítulos parodian series famosas, como Capitán Harlock entre otras. Quizá esa esencia es rescatada por muy pocos autores en la actualidad, tal vez es el tipo de humor que sólo perteneció a una época y que es difícil volver a repetir más que todo por motivos comerciales apegados a las nuevas tendencias. La entrega de 50 episodios del estudio XEBEC goza de un argumento interesante, sencillo y muy entretenido, apegado al manga de Shinji Nishikawa en todos los aspectos.
